“Hace un casi 3 meses que me encuentro en Guatemala, tierra de grandes contrastes y en especial de mártires y santos. Son muchos los mártires entre ellos Mons.Girardi.

Aquí puedo experimentar, con alegría un poco de la realidad de Guatemala. Pueblo acogedor, un tanto restricto, mas en principio acoge muy bien. Hay mucha violencia, asaltos como también en otros países, todavía estoy bien. Es una realidad totalmente diversa de Brasil. Jà visitè varias personas entre las cuales algunos viejitos abandonados, sufridos, enfermos, sin ninguna ayuda, viviendo a su propia suerte. Estuvo en algunos asentamientos donde vive la gente que no tiene su casa y viven en condiciones precarias, muchas veces en uno solo compartimiento, familias enteras. Son hogares semejantes a las favelas con la diferencia que estos viven en sujetos a desbarrancar en tiempo de mucha lluvia. Es una realidad gritante que clama por justicia.

Ya tuve oportunidad de participar de talleres de adultos, de Mujeres, organizados por la Parroquia Nuestra Señora de las Victorias, en la jornada de los mártires, participamos en la Puya – grupo de resistencia en contra la minería…

A los pocos voy conociendo la realidad que es bien diversificada, por eso es una misión desafiadora, pero gratificante. Siento alegría de estar junto al pueblo, hablar e rezar con ellos, especialmente las personas que necesitan de una palabra, de una visita, de un aliento, de un sonriso, de un cariño.

Nuestra comunidad es formada por las Hermanas_ Ivania B. Montenegro, Ena Trujillo y yo, buscando ser una comunidad e vida y misión, una comunidad de amor.

Estoy bien y busco vivir mi consagración, haciendo lo que puedo.

Que el Señor siga mí bendiciendo con su presencia, con su gracia y con su amor.

Soy grata a la Congregación, Hna Roseli Amorim y la Comunidad de la Casa General por aceptarme para hacer esa experiencia.”

Hna. Maria Rosalina Rodrígues

Guatemala, 30 de septiembre de 2016