El día 21 de Agosto se llevó a cabo una ves más, el taller de crecimiento personal de mujeres en donde se reflexionó sobre la “Figura de la Mujer en el Plan de Salvación”. Asesorado por hna Juanita Mendosa Sandino. Misionera del Sagrado Corazón de Madre Cabrini.
Se reflexionó que:
La mujer tiene un lugar muy especial en la historia de la salvación. Nos encontramos con mujeres sabias, mujeres guerreras, reinas, mujeres cortesanas, mujeres humildes, mujeres que han encontrado el consuelo y el perdón de Dios. Si, realmente existe una misión de la mujer en la transmisión de la fe, una llamada que Dios le dirige a la mujer entonces no se trataría de algo optativo, sino de un don y de una tarea que requieren el acatamiento de todos para poder ser acogidos, desarrollados y entregados. Hablar de la misión de la mujer en la transmisión de la fe hoy nos conecta de lleno con el marco más amplio de la historia de la salvación.
No es mera casualidad que la Sagrada Escritura despliegue ante nosotros una larga lista de mujeres, santas y pecadoras. El papel significativo de las mujeres en la salvación del pueblo, puesto de manifiesto por las figuras de Débora y se vuelve a encontrar en el caso de otra profetisa, llamada Joldá, que vivió en tiempos del rey Josías. De este modo, el Espíritu Santo, a través de las vicisitudes de las mujeres del Antiguo Testamento, iba delineando cada vez con mayor precisión las características de la misión de María en la obra de la salvación de la humanidad entera.
Algunos textos bíblicos: Textos: Hulda: 2Re 22,14-17; 2Re. 22:14 18-20ª; Miriam: Ex.2, 3-4; 3; Ex 2:7; Num. 12:1-15; Ex. 15,19-21; Miq.6, 4; Deborah: Jueces. 5,7; 4:4; 4:6-7; Jue 5:13; Noadias: Nehe. 6:14; Esther, Ruth, Judith(Jdt 15,9-10); 1Sam 25).
María es la Madre de Jesús, es decir, la mujer escogida por Dios para realizar la doble misión del pueblo de Israel: dar al mundo el Mesías y acogerlo con fe. María es la primera cristiana, modelo de fe y de las actitudes evangélicas fundamentales. Proclamada feliz “por haber creído” (Lc 1,45), “avanzó en la peregrinación de la fe” meditando en los acontecimientos y siguiendo a Cristo hasta el Calvario (Lc 2,19.51; Jn 19,25).
También María nos ha dejado una oración maravillosa, que revela la profundidad de su experiencia religiosa y su necesidad de proclamar para todos los siglos las grandes cosas que Dios realizó en Ella. Si queremos comprender el Magníficat debemos recordar que es un ejemplo típico de oración bíblica. Oración nada abstracta, sino procedente de la vida. Oración nada genérica, sino basada en las circunstancias históricas y reales. Oración nada individualista, sino ampliada a toda la historia del pueblo de Israel.
Y si se extendió hasta recordar mujeres humildes y sencillas de nuestros tiempos que ha sido mártires de la fe y ha aportado un gran legado de fe en le plan de salvación.
